21.6.10

Sin esculpir el futuro


“El objetivo de un viaje es solo el inicio de otro viaje" Felíz Viaje Saramago


Tenía ya tiempo que no escribía en este blog, pero los dedos rechinaban de frío, asimismo las ideas. Este blog tiene sus propósitos. Uno de ellos los confesé hace unos días “Es una forma silente de comunicación la cual no puedo abandonar”. Pues así sigo… ¡gracias!

Pues hurgando entre tantas cosas que tengo y quiero escribir, cae de sorpresa la muerte de Saramago. Confieso que mucha guerra me dio “Ensayo sobre la ceguera” en mis tiempos de estudiante. Afortunadamente, pude mal darle en el clavo. “Lo he visto todo oscuro, creí que me había dormido, y resulta que no, que estoy despierto…” ¡Qué vaina que viniste a morir en pleno Mundial y no te gozaste el 7-0!

Y eso me causó algo de rabia. Entre balones, canilleras y gritos de goles, la muerte de Saramago pasó por debajo de la mesa en muchos medios. No digo que no se publicara nada, pero creo que la majestad del portugués no merecía sólo notas de obituario. Medio rabiosos nos lamentamos a medias, diría Benedetti (que por cierto, también se fue). Estábamos muy ocupados. Los argumentos eran suficientes: Messi, Kaká y Cristiano Ronaldo (¿sabrá él algo de su compatriota?), Chávez, Santos y los containers de comida en mal estado.

En Portugal se le rindió merecido homenaje, pero su legado trasciende mucho más que una influencia en la comunidad lusa. Creo que estamos en deuda. Me gustaría poder escribir más de ello, hacer un buen trabajo en su nombre, hablarle de él a los niños, mucho más cuando la tele menosprecia a los pequeños -de eso hablaré en otra oportunidad- Y los medios debería (mos) pagar la deuda: un recuento, un especial, un micro… quizá sea toda una utopía, pero la muerte de Saramago es un ejemplo de cómo el día a día nos come, digiere y escupe, sin darnos chance a la huella trascendental. Esa que nos dio pasado y nos hizo presente…a veces, lamentablemente, sin esculpir el futuro.

Yo también estoy en deuda. Si hoy tengo fantasías y sueños, es porque alguna vez estuvieron a mi lado Twain y Gómez Bolaños; Saramago y Benedetti; Silvio, Páez y Sabina, Frida y Salvador. Así que te las debo, viejo de Lanzarote.

Quizá todo lo que he dicho es completamente reaccionario. Pero, de las muchas cosas que podemos hacer para salvar al mundo, recordar y honrar a los grandes, y dejar un lado la mierda es una de las que más admiro. Sin embargo, y con el egoísmo y la insensatez que me caracteriza, debo ver el Mundial. Para no quedar fuera del aparato.

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